miércoles, 4 de octubre de 2023
RECIBIMOS VISITAS!
El pasado 23 de agosto recibimos la visita de los nenes y las nenas del Jardín Casa Cuna, quienes nos acompañaron junto con los niños de primero compartiendo una hermosa mañana de cuentos. Gracias por la visita
domingo, 3 de septiembre de 2023
24 de agosto: Día del lector
El 24 de agosto se conmemora el Día del Lector y la Lectora, en homenaje al nacimiento del escritor argentino Jorge Luis Borges, que cumpliría hoy 123 años. Jorge Francisco Isidoro Luis Borges nació el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires
Y nos sumamos a la celebración con un hermoso rincón de lectura dedicado a incentivar la creatividad, la imaginación y los conocimientos a través de los libros
"Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere soy incapaz de imaginar un mundo sin libros."
miércoles, 30 de agosto de 2023
Espacio inmersivo sobre el Gral José de San Martín
El pasado 22 de agosto en la Biblioteca se realizó un espacio inmersivo en el que trabajaron los estudiantes de 7mo junto con las docentes y la biblioteca
lunes, 21 de agosto de 2023
17 de agosto: Paso a la inmortalidad del Gral José de San Martín
El 17 de agosto de 1850 falleció José Francisco de San Martín Matorras, conocido por todos como San Martín, una de las figuras más relevantes de la historia argentina y latinoamericana. Su actuación durante el primer tercio del siglo XIX en las luchas por la independencia en Sudamérica convirtió su nombre en una referencia mundial de los procesos de descolonización.
Si bien las luchas por la independencia fueron colectivas, los atributos personales de San Martín le otorgaron un lugar destacado en ese proceso. Basta mencionar su compromiso con la revolución aun cuando no estaba claro su éxito; su agudeza para comprender que la independencia debía tener un alcance regional; la estrategia militar implementada en el Cruce de los Andes; y su ejemplo moral en la conducción de las tropas y en la función pública
miércoles, 9 de agosto de 2023
LOS EXPERIMENTOS LLEGARON A LA ESCUELA
El pasado 13 de julio nos visitó Melquíades,para llenar la tarde con experimentos sobre el agua y el aire.
Una tarde super entretenida donde aprendimos que no se trata de magia...¡Es ciencia!
lunes, 10 de julio de 2023
Guerreras de la independencia: 4 historias de mujeres valientes
Los alumnos de 5to A Y B vinieron a la Biblioteca a investigar sobre aquellas mujeres que lucharon por nuestra independencia. Leyeron, subrayaron e hicieron resúmenes.
Fueron espías, enfermeras, soldados, lavanderas. Miles de mujeres hicieron propios los desafíos de su tiempo y contribuyeron de manera fundamental en la causa por la independencia.
Juana Azurduy: la guerrera
El Congreso de Tucumán el 9 de julio de 1816 aprobó la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas en Sud América del rey Fernando VII, sus sucesores, metrópoli y de toda otra dominación extranjera. La independencia significó, para las Provincias Unidas del Río de La Plata, la separación definitiva de la Corona española y el camino hacia la formación del Estado Nacional, que se concretó con la sanción de la Constitución Nacional Argentina de 1853.
Cuando se recuerda la guerra por la independencia nos imaginamos campos de batalla poblados de hombres. Sin embargo, miles de mujeres asumieron diferentes roles en la gesta libertadora. Fueron espías, enfermeras, soldados, lavanderas. Desde el barro de los combates u otros espacios hicieron propios los desafíos de su tiempo y contribuyeron de manera fundamental en la causa por la independencia.
María Remedios del Valle: la Madre de la Patria
En 1810, la primera expedición por la independencia partió, desde Buenos Aires, hacia el Alto Perú, entre las filas de hombres iba una mujer liberta, de origen africano, que acompañaba a su marido y a sus dos hijos. Se llamaba María Remedios Del Valle. Por su inigualable contribución a los ideales de libertad el general Gregorio Aráoz de Lamadrid no dudó en decir que esta mujer merecía ser nombrada como "la Madre de La Patria". María luchó en las batallas más resonantes por la independencia, combatió en Huaqui, estuvo junto a Belgrano -quien la nombró capitana- en los triunfos de Tucumán y Salta y en las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.
María Remedios del Valle, de origen africano, peleó a las órdenes de Manuel Belgrano.
En los combates recibió seis heridas de bala. Atendió y alimentó a los heridos a la vez que perdió en el campo de batalla a su esposo y a sus hijos. ¿Qué más podía entregar o qué más era posible perder? Sin embargo, en cuestiones de guerra el sufrimiento humano no tiene límites: María cayó prisionera durante la batalla de Ayohuma, fue azotada públicamente por nueve días. Finalmente, logró escapar.
Cuando "la parda", como le decían, volvió a Buenos Aires, el Estado había dejado de pagarle el sueldo de capitana. María deambulaba por las calles vendiendo pasteles y pidiendo limosna. La historia cuenta que, cierto día, Juan José Viamonte la reconoció en la puerta de una iglesia y exclamó: "Es la capitana, la Madre de la Patria". El diputado empezó las gestiones para que se hiciera justicia con María. Finalmente, en 1828, la Sala de Representantes le concedió el sueldo de capitán de Infantería. Cobraría la suma de 30 pesos al mes, un salario miserable teniendo en cuenta que un kilo de yerba costaba aproximadamente 70 centavos. Si bien se pensaron algunos proyectos para reivindicar a la Madre de La Patria, lo cierto es que pasaron al olvido.
María Magdalena Güemes: espía y mediadora
Con una madre descendiente de conquistadores y un padre funcionario de la Corona española, Macacha, como le decían, hermana del conocido caudillo Martín Miguel de Güemes, formaba parte del exclusivo círculo de la élite salteña. Las fuentes históricas coinciden en destacar la unión de los hermanos, desde la infancia y por el resto de sus vidas. Juntos se involucraron en la gesta de la independencia. Los "infernales" de Güemes eran el ejército de gauchos que los hermanos organizaron y sumaron a la causa.
María se convirtió en una experta espía: con otras mujeres coordinaban arriesgadas misiones de inteligencia. Es sabido que escondían en sus vestidos mensajes con información sobre los realistas que hacían llegar al ejército. Este equipo de espionaje popular fue muy eficaz en complicarle la vida al enemigo.
Cuando, en 1815, Martín de Güemes fue elegido, por voluntad popular, gobernador de Salta, Macacha se convirtió en el verdadero ministro de su hermano, intervenía en los actos públicos, en los asuntos de guerra, montando a caballo y arengando a las tropas.
En 1816, ante el conflicto entre José Rondeau y Martín de Güemes que estaban a punto de enfrentarse, Macacha actuó como mediadora. A raíz de la conciliación se firmó la "Paz de los Cerrillos", en el que se estableció que Salta seguiría con sus métodos de guerra gaucha bajo la conducción de Güemes y brindaría auxilio a las tropas enviadas desde Buenos Aires.
Macacha adhirió al partido federal, y siguió participando de la política hasta 1840.
Juana Azurduy: la guerrera
El hogar de los Azurduy, en una hacienda cerca de Chuquisaca (hoy, Bolivia), no estaba formado por un matrimonio convencional propio de la época colonial. Matías Azurduy provenía de una familia española con privilegios y se había casado con Eulalia Bermudes, de sangre mestiza. En el invierno de 1780 se convirtieron en los padres de Juana, quien desde muy joven abrazaría las causas revolucionarias.
La pequeña Juana quedó huérfana a los 7 años, entonces, pasó al cuidado de sus tíos. Durante un tiempo estuvo internada en un convento de monjas, pero por su carácter rebelde fue expulsada. En 1805 se casó con el hacendado Ascencio Padilla, vecino de las tierras de Juana. Eran tiempos felices, pero los dos querían luchar por la libertad, por eso, sus vidas fueron tan turbulentas como dramáticas. El matrimonio, muy pronto, se perfiló como revolucionario durante las rebeliones de Chuquisaca y La Paz, actual Bolivia (en ese entonces territorio del Virreinato del Río de La Plata).
Mientras tanto, en 1810, en Buenos Aires, capital del virreinato, se concretaba la Revolución de Mayo. Ese mismo año se inició la guerra por la independencia de las Provincias Unidas del Río de La Plata. Fue así que, cuando las tropas de Balcarce llegaron al Alto Perú para combatir con los realistas (españoles) en Suipacha, la pareja de caudillos Padilla Azurduy se sumó a la causa independentista en esta batalla, que fue el primer triunfo de las fuerzas revolucionarias.
En los campos de batalla
La historia de Juana demuestra el importante, y activo, rol de las mujeres en el proceso por la independencia. Continuando con sus actos heroicos, luchó en la dura derrota de Huaqui (1811), y después de este combate fue prisionera de guerra junto a sus hijos, luego rescatados por su esposo. La casa, bienes y tierras de los Padilla fueron confiscados por los realistas. Luego siguió combatiendo bajo las órdenes de Belgrano. Juana organizó el "Batallón de Leales" con el que participó en la derrota de Ayohuma.
Tal fue el papel preponderante de esta guerrera que Belgrano, en reconocimiento a su lucha incansable, le entregó su sable, luego del triunfo en el combate del Villar (1816). El gobierno de Buenos Aires, a instancias de Belgrano, la asciende a teniente coronela, la única mujer que recibió este honor por parte del Ejército Argentino.
Juana, con su chaqueta roja de franjas doradas y sombrero con plumas azules y blancas, luchó en el barro de los campos de batalla por la defensa de la patria mientras lo iba perdiendo todo; sus cuatro hijos murieron durante las crueldades de la guerra. Estaba embarazada de su quinto hijo cuando fue herida y cayó prisionera en el combate de La Laguna. Su marido logró rescatarla, pero a él le costó la vida.
Finalmente, ante el nuevo escenario militar de abandonar la ruta altoperuana Azurduy se une al caudillo Juan Martín de Güemes, y a la muerte de éste Juana vivió el resto de sus días en la pobreza. La Flor del Alto Perú, como la bautizó la canción con la voz de Mercedes Sosa, igual que tantas otras mujeres (y hombres) indispensables de nuestra historia nacional, conoció la ingratitud de ofrecerlo todo sin recibir un reconocimiento justo.
Mariquita Sánchez de Thompson: una mujer que peleó por sus derechos a los 14 años
No todas las mujeres destacadas de esta época lucharon en los campos de batalla. María Josefa Sánchez ejerció su influencia desde la comodidad aristocrática de su casa. Mariquita es bien conocida porque la tradición histórica atribuye que en su casa se cantó por primera vez, el 14 de mayo de 1813, el Himno Nacional Argentino, con letra de Vicente López y Planes y música de Blas Parera. Existen dudas al respecto, aunque el relato tradicional ha quedado en la memoria colectiva.
El himno se "estrenó" en casa de Mariquita Sánchez de Thompson el 14 de mayo de 1813.
También es recordada por ser la gran anfitriona de las tertulias de la alta sociedad porteña en su casa de la actual calle Florida de Buenos Aires, o en su quinta de de San Isidro, hoy Casa Museo. En sus residencias se discutían los asuntos políticos más candentes de la época. Pasaron por allí los hombres que tomaban decisiones políticas fundamentales acerca del futuro de la Patria.
Defensora de sus derechos
Cuando Mariquita tenía apenas 14 años, su padre -que había "arreglado" el futuro matrimonial de la niña- organizó la fiesta de compromiso para anunciar el casamiento de su hija con Diego del Arco, quien tenía alrededor de 50 años de edad. Mariquita, en un acto de rebeldía inusual para la época (y en defensa de sus derechos), le dijo a sus padres que no se casaría porque estaba enamorada de su primo segundo Martín Thompson. El hecho fue el mayor escándalo social del año 1801 en Buenos Aires.
Con las cosas como estaban, sus padres recluyeron a Margarita en La Santa Casa de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, un lugar de meditación e introspección, y donde muchos padres o maridos enviaban a las mujeres "desobedientes" a reflexionar. Cuando Mariquita, luego del retiro, volvió a su casa. Ante la negativa de sus padres de otorgar el consentimiento para su matrimonio con Thompson, inició un juicio por disenso ante el Virrey Sobremonte. El trámite llevó cerca de un año, finalmente el virrey le otorgó el permiso para su casamiento.
Una mujer rupturista
Mariquita era una mujer capaz de romper con las normas de su tiempo; se animó a desafiar la autoridad paterna con apenas 14 años, en una época donde las mujeres obedecían primero al padre y después al marido. Se relacionó con hombres notables como Juan Martín de Pueyrredón, Nicolás Rodríguez Peña, Carlos María de Alvear. Fue partidaria de la independencia, con una vida política activa que la llevó, también, a ser amiga de Rivadavia. Su libertad de pensamiento le permitía declararse federal y, al mismo tiempo, propiciar la intelectualidad de la Generación del '37. Muy amiga de Rosas, sin embargo, se refugió en Montevideo por miedo a ser perseguida por el Restaurador.
Mariquita integró la Sociedad de Beneficencia que estuvo, entre otras cosas, al mando de la administración del Hospital de Mujeres, de la Casa Cuna, la cárcel de mujeres y la escuela de huérfanas.
Sus ideas rupturistas la llevaron a cuestionar la idea clásica del matrimonio indisoluble diciendo que "es una barbaridad atarse a un martirio permanente".
1816- 9 de Julio- 2023
Hace 207 años, en el Congreso de Tucumán, se firmaba el Acta que declaró Independientes a las Provincias Unidas del Río de la Plata de la Monarquía española. Aquí un repaso por los eventos históricos más relevantes.
Este domingo 9 de julio, se celebra un aniversario más del Día de la Independencia de Argentina, una de las fiestas patrias más importantes del país.
El 9 de julio de 1816 reunidos en la ciudad de San Miguel de Tucumán en Congreso General Constituyente se firmó el Acta de la Independencia.
En esta fecha, recordamos lo sucedido ese día de 1816, en la sesión del Congreso de Tucumán, cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata proclamaron su Independencia política de la monarquía española y renunciaron a cualquier otra dominación extranjera.
La movida independentista se fue desarrollando luego de mayo de 1810, momento en que comenzaron las discusiones sobre cuándo y cómo se declararía la Independencia. En aquellos años los miembros de la Junta Grande no lograron un acuerdo y la decisión se postergó hasta 1816.
En ese lapso hubo dos posiciones que confrontaron: la de Mariano Moreno y sus compañeros, quienes plantearon, además de la Declaración de la Independencia, incorporar aspectos de una Revolución política junto con una serie de cambios económicos.
Y por otro lado, la posición de Cornelio Saavedra quien establecía un plan gradual de modificaciones, que no alteraban el orden social y económico de la colonia.
La sesión del Congreso de Tucumán
Finalmente, en julio de 1816, Ignacio Álvarez Thomas en reemplazo de José Rondeau, Supremo Director de las Provincias Unidas del Río de la Plata, convocó a un Congreso General Constituyente en la ciudad de Tucumán.
El primer debate del Congreso se centró en la forma de gobierno. La mayoría de los participantes estaban de acuerdo con establecer una monarquía constitucional, que era la forma más aceptada en Europa. En aquellos años una de las pocas repúblicas era los Estados Unidos de Norteamérica.
Según las crónicas de la época, el martes 9 de julio de 1816 estaba soleado y a eso de las dos de la tarde los diputados del congreso comenzaron a sesionar.
El diputado por Jujuy, Sánchez de Bustamante, pidió abordar el “proyecto de deliberación sobre la libertad e independencia del país”. Y el secretario Juan José Paso preguntó a sus colegas “si querían que las Provincias de la Unión fuesen una nación libre de los reyes de España y su metrópoli”. Todos los diputados aprobaron la propuesta de Paso.
En ese momento fue firmada el Acta de la Independencia. Luego, en la sesión del 19 de julio, uno de los diputados por Buenos Aires, Pedro Medrano, previniendo las gestiones secretas que involucraban a algunos congresales encaminadas a entregar las provincias, independientes de España, al dominio de Portugal o Inglaterra, señaló que “antes de pasar al Ejército el acta de independencia y la fórmula del juramento, se agregase, ‘de toda dominación extranjera’", en el acta para sofocar el rumor que existía acerca de la posibilidad de entregar el país a los portugueses.
La declaración iba acompañada de un sugerente documento que decía “fin de la Revolución, principio del Orden”, en el que los congresales dejaban en claro que les preocupaba dar una imagen de moderación frente a los poderosos de Europa que, tras la derrota de Napoleón, no toleraban la compleja palabra Revolución.
martes, 20 de junio de 2023
20 de Junio: Día de la Bandera
El 20 de junio se conmemora el Día de la Bandera en homenaje a Manuel Belgrano, quien falleció ese mismo día en 1820.
La bandera fue creada el 27 de febrero de 1812, durante la gesta por la Independencia de las provincias Unidas del Río de la Plata.
La principal sede de las conmemoraciones del Día de la Bandera es el Monumento a la Bandera, en la ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe), lugar en el que la bandera fue izada por primera vez en dos baterías de artillería, ubicadas en orillas opuestas del río Paraná. La celebración consiste de una reunión pública a la que asisten el presidente y miembros de las fuerzas armadas, veteranos de la guerra de las Malvinas, las fuerzas policiales, y una serie de organizaciones civiles.
Después de 14 años, el 20 de junio de 1957, se inaugura oficialmente el Monumento Nacional a la Bandera, en actos oficiales presididos por el dictador Pedro Eugenio Aramburu.
Una serie de actividades previas y posteriores completaron los festejos, convocando a la ciudadanía que siguió todos los pasos de esta ceremonia inaugural. Un gran desfile militar, seguidos de discursos fueron el centro de esta inauguración.
Desde hace algunos años, se incluye el desfile de la bandera más larga del mundo, que es confeccionada de manera comunitaria por la población de Rosario.
En 1812, las tropas a las órdenes de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, nombre completo del héroe comenzaron a utilizar una escarapela bicolor azul-celeste y blanco (colores adoptados por las cintas y escarapelas distintivas utilizadas por los «chisperos» o patriotas adherentes a la Revolución del 25 de mayo de 1810). El mismo Belgrano expresó en un informe oficial que no usaba el rojo «para evitar confusiones», ya que el Ejército realista usaban ese color. El 13 de febrero de 1812 Belgrano propuso al Gobierno la adopción de una escarapela nacional para los soldados y 10 días después la adoptó luego de que el 16 de febrero de 1812 la Junta declarara abolida la escarapela roja y reconoció la blanca y celeste.
Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional.
Manuel Belgrano.
Los colores de la escarapela, que luego fueron los de la bandera, tienen otro antecedente: eran los que identificaban a los miembros de la Sociedad Patriótica (grupo político y literario de civiles y militares identificados con las ideas de Mariano Moreno). Como sus miembros habían sido desplazados de la Junta en 1811, pasaron a la oposición. Y el Primer Triunvirato eligió el celeste y blanco para la escarapela con una disposición distinta de esa sociedad. Esta última los disponía de este modo: celeste, blanco, celeste. La primera escarapela, se supone, era blanca, celeste y blanca.
Cerca de Macha (en Bolivia), se encontraron dos banderas que se supone eran las que llevó Belgrano hasta el Alto Perú durante su campaña militar. Una tiene la franja central celeste, y la otra, blanca. El Ejército del Norte juró obediencia a la Asamblea del Año XIII con una bandera blanca y celeste. Y esta enseña recién se enarboló en el mástil del Fuerte en 1815. Hasta entonces, allí, flameaba la bandera española. El Congreso de Tucumán adoptó oficialmente como símbolo de las Provincias Unidas del Río de la Plata el 20 de julio o 25 de julio de 1816, la bandera celeste, blanca y celeste.
Posteriormente, en 1818, el Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata Juan Martín de Pueyrredón definió a la bandera mayor, incluyéndole el Sol de Mayo (o Sol Incaico), que representa a la Revolución de Mayo. Este sol es el mismo que aparecía en la primera moneda nacional acuñada por la Asamblea del Año XIII y luce 32 rayos flamígeros. Hasta 1985, la bandera con el sol era la «bandera mayor» de la Nación, y solo podían lucirla los edificios públicos y el Ejército. Los particulares solo podían usar la bandera sin el sol en el centro. Luego de 1985 el parlamento promulgó una ley por el cual todas las banderas tienen que tener el Sol de Mayo, mediante esta ley cualquier particular o empresa privada puede acceder a una bandera con el sol, dejando de ser así solo de los organismos estatales.
jueves, 15 de junio de 2023
15 DE JUNIO : DÍA NACIONAL DEL LIBRO
Desde 1941, todos los 15 de junio se celebra en Argentina el Día Nacional del
Libro, una fecha que busca resaltar el valor del libro y la importancia de la
lectura. La historia del Día Nacional del Libro comenzó el 15 de junio de 1908,
cuando el Consejo Nacional de Mujeres otorgó los premios de su concurso
literario e instaló un festejo anual. En 1924, este Consejo logró que el
presidente de Argentina Marcelo Torcuato de Alvear declarara la fecha como
“Fiesta del Libro”.
“Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden
imaginar un mundo sin agua; en lo que a mi se refiere, soy incapaz de imaginar
un mundo sin libros.”Jorge Luis Borges “Es del mayor valor educativo consagrar
un día especial del año a la recordación del libro como registro imperecedero
del pensamiento y de la vida de los individuos y las sociedades y como vínculo
indestructible de las generaciones humanas de todas las razas, lenguas,
creencias, etc.”, decía el decreto presidencial. En 1941, el Ministerio de
Educación de la Nación cambió el nombre por “Día del Libro”.
Una fecha muy propicia para reflexionar acerca del valor de los libros, que aún
hoy en día siguen siendo las más poderosas fuentes de conocimiento; y sin duda,
son la escuela y el hogar los lugares más propicios para fomentar en los niños
el gusto por la literatura y el amor a los buenos libros.
Quiero cuentos, historietas y novelas pero no las que andan a botón. Yo las
quiero de la mano de una abuela que me las lea en camisón. María Elena Walsh
miércoles, 14 de junio de 2023
Visita al Centro Ana Frank
El pasado 5 de junio, con los chicos de 7°A y B, visitamos en Centro Ana Frank, ya que en Biblioteca leímos el libro, investigamos sobre la historia de Ana Frank.
Fue una visita muy emotiva y enriquecedora para dar cierre al proyecto que lleva su nombre.
Ana Frank, una historia que nos inspira
Ana Frank nació en Fráncfort del Meno, Alemania, en 1929, sus padres eran Edith Hollander y Otto
Frank, y tuvo una hermana mayor llamada Margot. Debido a las medidas antijudías desplegadas en
Alemania desde el ascenso del nazismo en 1933, la familia Frank tuvo que exiliarse a Amsterdam,
Holanda. Al igual que millones de judíos y judías en Europa, Ana sufrió el odio y la discriminación que
llevaron a la muerte a una parte importante de este pueblo.
En Amsterdam su padre se dedicaba a trabajar en su fábrica de pectina -una fibra presente de manera
natural en las frutas, que se utiliza en la industria de la alimentación-, hasta que los nazis invadieron la
ciudad. A partir de julio de 1942, la familia completa se vio obligada a vivir escondida en la llamada
“Casa de Atrás”, un lugar dentro de las propias oficinas de la fábrica de Otto. Durante este
confinamiento, compartieron el escondite con Hermann van Pels —quien trabajaba con Otto—, su
esposa Auguste Röttgen, su hijo Peter van Pels y Fritz Pfeffer, amigo de la familia Frank.
Ana tenía un fuerte anhelo de ser periodista y escritora por lo que, a sus trece años, sus padres le
regalaron un diario íntimo al que llamó Kitty, y en donde ella escribía sobre sus sentimientos y
emociones.
El 4 de agosto de 1944 los Frank fueron delatados, a través de una denuncia anónima; fueron apresados
y luego enviados a campos de concentración y exterminio. Ana pierde la vida junto a su hermana en el
campo de BergenBelsen por haber contraído tifus, su madre fallece en Birkenau; solo su padre logra
sobrevivir al Holocausto. La delación fue una práctica muy común durante el Holocausto que da cuenta
de la posición que asumieron muchos sectores de las sociedades de los distintos países de Europa de
colaboración con el régimen nazi.
Miep Gies y Bep Voskuijl, dos de las personas que protegieron a los Frank mientras estuvieron
escondidos, encontraron y guardaron el diario de Ana y se lo entregaron a su padre Otto una vez
finalizada la guerra. El 25 de junio de 1947, Otto Frank publicó la primera edición de El diario de Ana
Frank con la esperanza de que la lectura de las palabras de su hija contribuyera a la toma de conciencia
sobre la discriminación, la xenofobia y el racismo
A Ana Frank le regalan su diario en su cumpleaños número trece, y unas semanas después ella y su
familia se ven obligados a esconderse en la Casa de Atrás, donde permanecen un poco más de dos
años. El diario está escrito bajo la forma de cartas dirigidas a una amiga imaginaria, Kitty, y fue escrito
entre los trece y quince años. Para Ana, significaba la posibilidad de compartir sus sentimientos,
emociones y reflexiones en un momento en el que no le era posible conversar con ninguna amiga.
En los procesos genocidas los perpetradores buscan deshumanizar a aquellos a quienes constituyen
como objeto de persecución, despojándolos de sus derechos, sus espacios de sociabilidad, su cultura
y sus redes de contención. Este es el contexto en el que la escritura se convierte en una herramienta,
no solo de expresión sino también de resistencia. En un mundo donde todo le estaba vedado, Ana
escribía.
Otto Frank, el padre de Ana, cuando leyó el Diario que su hija había escrito decidió publicarlo al
descubrir que allí mencionaba que su sueño era ser periodista y escritora. El texto de aquella joven
que va creciendo se transformó en un testimonio, en un símbolo de resiliencia. Es el relato en
primera persona de cómo el nazismo impactó en la vida de un ser humano. Una vida, una historia que
representó la vida de tantos.
En un principio, a Otto le resultó un gran esfuerzo emocional leer el diario de su hija; pero poco a
poco comenzó a hacerlo y a transcribir a máquina algunas partes que compartió con familiares y
amigos, quienes lo alentaron a que lo publicara. El editor que leyó el diario terminó de convencerlo al
expresar que el Diario tendría una gran repercusión: “El Diario abarca tantas etapas de la vida que
cada lector puede encontrar algo que lo conmueva”.
Desde su primera edición en 1947 hasta hoy, el Diario se ha traducido a más de 70 idiomas y se han
vendido más de 35 millones de copias. Se convirtió en un testimonio poderoso por los sucesos
descritos - relata el horror de una época desde la perspectiva de alguien que lo vivió en primera
persona – y también porque ofrece otras puertas de entrada a la reflexión en el presente.
El género del relato íntimo del diario, combina aspectos personales, pero también da cuenta de
diversos cambios que van ocurriendo en el plano social en especial, en este caso, a partir de la
ocupación nazi en Holanda.
Ana y las y los protectores
Mientras transcurría el ascenso del nazismo y durante el Holocausto, además de los perpetradores
involucrados directamente en el exterminio de la población judía de Europa y de otros grupos
señalados como objeto de persecución, las personas asumieron distintas posiciones respecto de lo
que estaba sucediendo. Cuando nos preguntamos cómo fue posible el exterminio planificado de
millones de seres humanos, tenemos que pensar en qué roles asumieron los diversos actores sociales
frente a la vulneración masiva de derechos y el establecimiento de un régimen totalitario. Podemos
identificar 4 posiciones o roles para tratar de comprender: la víctima, el agresor o victimario, el
protector y el observador pasivo. En este material nos vamos a centrar en dos de los roles tal vez
menos abordados, el de los protectores y de los observadores pasivos. Podemos decir que asumir un
rol de protector es una actitud ética que responde a una particular sensibilidad por el dolor del otro y
el reconocerse en la alteridad. No se trata de conductas heroicas, sino muchas veces pequeños actos
de protección, oposición y resistencia que a veces logran frenar o desarticular situaciones de
violencia. El observador pasivo podríamos decir es la contracara, es el que mira para otro lado y no
hace nada; es una forma de complicidad y adhesión a la violencia. No hay genocidio ni crimen de lesa
humanidad posible sin la pasividad y la indiferencia de la sociedad que habilita la violencia, no la
cuestiona, ni la rechaza. Llamamos entonces protectores a aquellas personas que durante el
Holocausto salvaron o colaboraron en preservar la vida de las víctimas de la persecución nazi. Fueron
personas que no pudieron mantenerse indiferentes frente a la vulneración de derechos y buscaron,
desde el lugar que podían, esconder o ayudar a escapar a las personas judías y de otros grupos que
eran perseguidas.
La familia Frank, la familia van Pels y Fritz Pfefer pudieron sobrevivir escondidos durante dos años
gracias a que tuvieron personas cercanas que los ayudaron. Miep y Jan Gies, Johannes Kleiman, Bep
Voskujil y Victor Kugler se encargaron de llevarles alimento, ropa y libros, entre otras cosas. A pesar de
que esconder personas judías era peligroso, afrontaron ese riesgo. La historia de Ana Frank es también
la historia de quienes la protegieron -a ella y al resto de los escondidos-, e hicieron posible que hoy
conozcamos su historia a través de su diario. La historia de los protectores nos muestra que cada uno/a,
desde su lugar, puede hacer algo por quién está sufriendo una situación injusta, asumiendo un rol activo
y de oposición. De esta manera, es un ejemplo de cómo se puede contribuir a transformar una realidad
asumiendo compromisos con los derechos humanos, desde el lugar que se pueda.
La historia de Ana Frank contiene mensajes que lograron trascender a pesar del horror y la violencia
de su época. Su nombre es también un signo que atravesó los límites del tiempo para inspirarnos a
reflexionar sobre qué nos pasa cuando estamos ante una situación de exclusión, prejuicio y
persecución. Una historia contiene sentimientos, nos invita a una cercanía con las personas reales
que la encarnaron, y también nos habla de un proceso social, político e histórico que, en el caso de la
historia de Ana, no queremos que se repita. Como hemos recorrido en estas actividades y reflexiones
en torno a la fecha, el genocidio y el Holocausto no se dieron de un día para el otro. Primero fueron
las humillaciones y prohibiciones, sucesos que se naturalizaron en buena parte de la sociedad de la
época hasta concluir en las deportaciones y asesinatos en masa. La historia de Ana Frank nos inspira y
sensibiliza ante las diversas manifestaciones de discriminación. A través de la pedagogía de la
memoria, al preguntarse por el pasado se pueden construir cuestionamientos y aprendizajes acerca
de la vida en común, cómo convivimos y nos relacionamos cotidianamente. La escuela es un espacio
de encuentro con otros/as, que busca condiciones de igualdad y el ejercicio de los derechos. Es en
ese espacio común donde nos relacionamos, pensamos, aprendemos y construimos nuestra
identidad. Pero ¿Cómo nos vinculamos? ¿Quién es el otro/ la otra? ¿Qué lugar tiene? ¿Cómo se
conciben las diferencias? Convivir con otras/os es un aprendizaje colectivo, es una oportunidad para
construir comunidad, basada en el respeto y reconocimiento hacia el/la otro/a y enriquecerse de las
diferencias. Sin embargo, cuando las diferencias se conciben de manera jerárquica, como si algunos
rasgos fueran mejores que otros, las otras personas no son consideradas como semejantes,
atentando contra la diversidad. Cuando hablamos de discriminar, nos referimos a prácticas arbitrarias
que impiden, restringen o excluyen a las personas de la esfera de los derechos, la mayoría de las
veces basándose en algún rasgo particular -propio o supuesto sobre la identidad de la otra/o. La
discriminación es un trato que excluye, lastima a una persona o a un colectivo por pretextos
ideológicos, religiosos, de nacionalidad, de identidad de género, de orientación sexual o por
características físicas o capacidades, entre otras, basándose en estereotipos, estigmas, prejuicios,
representaciones sociales y prácticas ritualizadas.
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